PONIENDO STOP A MI VIDA EN MILAN

    

Mientras llego al aeropuerto y desciendo del taxi algo en mí comienza a cambiar, mis pasos firmes ingresan a lo que será el inicio de este nuevo viaje, miro mi pasaporte, llega el control de mis maletas, esperando que el peso sea el justo; es el anteprima de lo que será esta nueva aventura, este nuevo reencuentro con mi país, con mis raíces, con mi cultura que aunque tantas veces retrógrada volver a ella es todo un placer.

     Avanzo en mi caminar buscando mi puerta de embarque rumbo a lo que será un primer stop AMSTERDAM donde al ver tierras nuevas y sentirme lejana mi cuerpo prosigue pero mi mente está en stop porque pienso solo en llegar con bien.

     Cambiamos aéreo y proseguimos el recorrido que culminará en mi tierra en mi querido Perú; ya sentada en mi lugar preestablecido me acomodo y voy dejando cada vez más mi vida en stop, mi vida en Milano y me pongo en modo avión, modo: piensa solo en lo que vendrá, vive tu momento y realiza tus sueńos.

     Durante el vuelo es como si mi memoria estuviera en un invernadero y solo me dedico a disfrutar el viaje a conocer a los de mi costado, comer, comer y tratar de dormir para que el viaje parezca lo más corto posible.

      Pienso solo en mi hija que aunque adulta se queda en Milano pero pronto nos reencontraremos y esperamos pasar algunos momentos y condividir el placer que significa estar en tu patria, comer rico, conocer lugares y abrazarnos otra vez.

     Son cuatro años que se quedó en stop mi visita a Perú por lo que todos ya sabemos LA PANDEMIA que nos sacudió, nos castigó y al parecer no provocó  mayores cambios en el ser humano ya que volvemos a lo mismo a la vida desordenada, al olvido de lo duro que la pasamos y retomamos nuestro egocentrismo.

     Conforme pasan las horas el stop en mi memoria comienza a despertar y ya queriendo ver el cambio de horas que separan los dos continentes inicio a planificar lo que será mi nueva vida aunque corta es una etapa que quedará en mi mente por siempre por un sin fin de motivos que no estoy aquí a explicar pero que señan en mi el comienzo de una nueva Sandra.

     Ya estamos por llegar, dentro de poco aterrizamos a prepararnos y ajustar los cinturones y sentir esa adrenalina que provoca la sensación de escuchar las ruedas del avión prontas a tocar suelo peruano y todos aplaudir porque llegamos sanos y salvos.

     Y mientras el avión hace stop de su larga travesía yo me preparo a salir del avión cansada del largo viaje pero con muchas ganas de no perderme ni un minuto de lo que significa estar de nuevo en tu patria recorro el pasadizo que te lleva a recojer tus maletas tomando fuerzas para ponerlas en el carrito y salir, ver a Lima la gris, la ciudad de la neblina pero que con su pintoresco modo de ser ilumina siempre las calles.

    Ahora hago un STOP a las nostalgias, a las tristezas y resalgo a la vida a enfrentarme con la cotidianidad limeña esperando todo vaya bien y sobre todo a seguir adelante que hacía atrás solo para tomar impulso y como decia CELIA CRUZ “No hay que llorar, que la vida es un carnaval y las penas se van cantando” 🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎵🎵🎵😅😅❤️❤️🇵🇪🇵🇪🇵🇪

    

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