9 MARZO 2020😷

     Hoy recordamos un año exacto en el que Italia entró en lockdown, ha pasado ya todo este tiempo en la espera tras cuarentenas, zonas con más o menos contagios, reglas y prohibiciones en las cuales hemos debido aprender a convivir de nuevo.

     El mundo aún no quería aceptar lo que se venía, de consecuencia diferentes países fueron cerrando poco a poco sus fronteras y se transformaba la vida en pandemia que si antes leíamos de ellas ahora nos tocaría vivirla.

     Yo bailando en Madrid, un 7 de marzo conociendo y saboreando unas papas bravas y otras tapas típicas del lugar,  caminando por la calle Alcalá buscando un local latino donde seguir disfrutando, en Madrid parecía a nadie importarle el virus, la gente se divertía y actuaba como si nada y yo me sentía en otra realidad nadie usaba la mascarilla y la normalidad reinaba por las calles.

     De pronto me llama mi hija “mami cerrarán el aeropuerto no podrás regresar entramos en lockdown» y yo tenía mi pasaje de regreso para el 9 de marzo y empieza la preocupación de si me dejarían entrar a Italia ¡ufff! No quedaba más que esperar.😅

     Decidí no pensar más y disfrutar el 8 de marzo que aún me quedaba sintiendo el aire y la tranquilidad en un pueblo alejado de Madrid. Llegó el día de la partida, en el aeropuerto todo tranquilo, esperando nos dejen embarcar, junto a una familia de italianos provenientes de Brescia nos preguntábamos si nos dejarían ingresar al país o nos pondrían en cuarentena, momentos preocupantes al no saber qué pasaría.

Finalmente llegamos al aeropuerto de Bérgamo y ya todo era diferente, poquísima gente, desorientados ante nuevos protocolos a seguir, el bus que me llevaría al centro de Milano vacío, solo llevó tres personas en su recorrido, pasé de un día para otro del movimiento y alegría en Madrid a la calma absoluta en las calles de Milano.

     Ya finalmente en casa abrazando a mi hija contándole mis experiencias nos decíamos que hubiera pasado sino me dejaban regresar ¡uff! de la que me salvé.

     Fue mi última aventura antes del encierro en el que ahora vivimos no solo por las continuas cuarentenas clasificadas en colores sino por la falta de libertad aquella que me permitía decidir ahora estoy aquí mañana no sé dónde.

     Toda aquella vida, la normal para muchas personas pasa a un segundo plano y nos convertimos todos en espectadores, en víctimas, en sobrevivientes, en personas que no sabiamos que podíamos ser, de la noche a la mañana nuestras mentes, cerebros, corazones empezaban a ser instruidos, castigados, informados quedando atentos, dudosos pues nos tocaba defendernos de un enemigo que ya me cansé de mencionarlo y que aún no podemos eliminar.

     La primera ola, la segunda ola y ahora se habla ya de la tercera y a un año de llevar a cuestas esta lucha el panorama no es de los mejores aunque ya tengamos vacuna el proceso es lento y estamos en la espera de nuestro turno y asustados ante las nuevas variantes que nos quieren dejar sin defensas teniendo aún que enfrentarnos al día a día del cuidado y la prudencia.

     No creo exista una sola persona en el mundo que no haya perdido un ser querido, un amigo, un conocido, especial o no todos se fueron sin la oportunidad de luchar con un arma a la par de las circunstancias en la mayoría de los casos sin despedirse de sus familiares otros como es el caso de mi país Perú por falta de oxígeno, por falta de camas uci en un hospital .

     En un año se podrían enumerar cientos de episodios, de inconvenientes, de amarguras y muy pocas alegrías resumiéndose todo a las muertes incontables que hasta el momento se van sumando.

     Cambios de la economía en los países, gente que se quedó sin  trabajo, desempleo y cierre de grandes y pequeñas empresas.

     Un año del primer lockdown, un año usando mascarilla, un año de pérdidas y descubrimientos nos queda aún la esperanza de un mañana mejor, a seguir cuidándonos y tener paciencia en la espera de la vacuna🤗❤️